Una doctoranda otoñal

Tomar una decisión

Me preguntan si voy a terminar la tesis, unos; me dicen que qué necesidad tengo , otros; hablan de problemas de ego , los terceros.

Te retiras , ahora que no te dejan retirarte anticipadamente, a leer tu vida. Miras a tu alrededor y compartes la bipolaridad que menciona Ángel Pérez en su libro «Educar en la era digital», recuerdas el papel que has visto jugar a  la educación curso tras curso escolar hasta sumar 36…

Miras el fenómeno educativo que ha sucedido en un puebleMerce_1cito pequeño, Jacarilla,  de esta España en la que dicen, tratando de generalizar, que los profesores no enseñan, faltan a clase, no pueden competir con otros profesores de nuestro entorno….Ves las caras y los hechos de esos Blogmaníacos y de la profesora, Conchita,  que con todo el respeto hacia ellos, trata de abrir puertas en muros que solo la cultura y la educación pueden abrir.

Decides ¿decides?. Piensas que a estas alturas de la vida renunciar a tres meses de sueldo puede ser la manera eficaz de escribir y pensar.

¿Decides? No se puede pedir en el tercer trimestre ese tipo de licencias .

Piensas que este curso se acaba la segunda promoción de alumnos de Blogmaníacos y que esta tesis tiene una parte de objetividad pero otra, no menos importante, en la que se juega con las emociones de los actores en su escenario …

Recuerdas cómo tuviste que estudiar la segunda carrera, el master y tu autoformación…la época del “medio pollito” medio plancho, medio cocino, medio….pero no dejas de hacer ni tu trabajo ni dejas en segundo plano a tu familia.

Ese es el truco que mucha gente no llega a comprender…”tu estás todo el día enganchada al ordenador” “hay que tener vida”…Ya no importa lo que entiendan o no entiendan los que no aciertan a comprender porque, a duras penas, me comprendo yo en esta oscilante sociedad.

Me comprendo, trato de respetarme, aunque no siempre lo consigo, que son muchos los años tratando de respetar lo que siento y creo. Como me decía mi amigo Jesús “a tí te ha dado por ser salmón y nadar contracorriente”.

Decido que me pondré a escribir y que ya veremos lo que sale, sin agobios. Sin prisa pero sin pausa.

Mis amigos, mis hijos y los muchos alumnos que he tenido en esos 36 años se merecen un poco de mi tiempo y mi energía para parame a pensar.

Lo haré, como tantas veces, “además de ” en lugar de “en vez de”.

Un comentario en “Una doctoranda otoñal

  1. Hola guapísima:

    Como no puedo comentar en wordpress, te envío el comentario que quería escribirte.

    ¡¡¡Eres increíble!!! si todos los docentes tuviéramos la tercera parte de tu determinación, tu entusiasmo y tu vitalidad, no habría nada que imposibilitara el cambio educativo desde ¡¡YA!!

    Muchas suerte e inspiración en tu «parada» y gracias de antemano, porque sé que ese viaje con Conchita nos tiene mucho que enseñar, como profesionales y como personas.

    Besos mil
    Olga Catasús

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